Por mis polainas, digo, por mis pestañas!

Como buena vieja que soy, me encanta pintarme las pestañas, cuando descubrí que se podían ver aún mas largas enchinandomelas con cucharas, o artefactos especializados en eso, me puse muy feliz y canté y brinqué en la cama, luego tomé un cojín, se lo estrellé en la cara a mi hermano, salí corriendo a la calle, me agarré de un poste de la luz, di tres vueltas y regresé jajaja.

Sí, yo amo mis pestañas, pero debo de decirles que no siempre han estado conmigo, una vez por loca, por no tener nada productivo que hacer y justo en ese momento tener unas tijeras en la mano, me las corté, jajajaja. También entre mis cualidades, aptitudes y demás, está la de explotar calentones y en una ocasión pues bye bye birdie, no tenías pestañas otra vez... Esta ocasión del bolier, fué un octubre, era el día de la entrega de papales de los de mi carrera que se habían atrasado, yo no fuí a la mía un año antes, porque andaba en el gabacho, el caso es que hacia frio y decidí prender el calentón, pero nunca lo había hecho osea así del todo, y ahí voy yo y nada, y le llamo a mi mamá y ella: Ah mijita me da miedo! y yo, mmm, a ver, y me agache y pensé: me va a tronar esta madr- ffffuuuupum! ahhhhhh!!, lo primero que pensé fue que me habia quedado sin ceja y sin pelo así hasta la mitad de la cabeza jajaja, todo esto por el aroma a pelo quemado, solo las pestañas y mi mano resultaron heridas, madre se asusto un poco. La mano si me dolía mucho y fue uno de esos momentos en que dices: que feo ha de ser morir quemado. En la entrega de papales se me echó de menos y se dijo que me habían ido a recoger tres calles atras de mi casa después de la explosión. Ahh que bonito es que te explote un boiler...